En entradas anteriores hemos entrado en el detalle de cómo mejorar el trato con personas enfadas, pasivo-agresivas, quejicas o mandonas. En esta entrada analizamos el caso de las personas charlatanas y los sabelotodo. Como en otras ocasiones, descubriremos herramientas que ayudan, pero que no sustituyen al control que debemos ejercer con nosotros mismos y con los demás.
El ciclo clásico de gestión de contratiempos pasa por tres etapas:
- Tengo un problema
- Me contrarío
- Lo resuelvo o me sobrepongo
La segunda etapa es completamente inútil y es un derroche de energía. No es necesario pasarlo mal ya que finalmente vamos a superar el problema de un modo u otro. Está comúnmente aceptado pasar por esta etapa, incluso se espera que pasemos por ella, pero ¿por qué?
Tanto en las artes marciales como en la vida cotidiana, la mejor estrategia para no recibir ningún golpe es no estar ahí. Pero… ¿cómo?
- Debemos identificar el problema, verlo venir
- Bloqueamos su efecto, no dejamos que nos afecte
- Lo reconocemos, valoramos y lo dejamos pasar de largo. En lugar de reaccionar contrariándonos por un problema, decidimos dejarlo pasar siendo conscientes de que “no me aporta”, “no me hace ningún bien” o “no necesito este desafío ahora”.
La clave es controlar la situación y que no nos controle, lo que nos permitirá estar en una posición de poder que nos permitirá elegir nuestra respuesta, y por tanto ya no será una reacción automática.
Ampliando el catálogo de perfiles de los que podemos definir como personas difíciles, veamos qué podemos hacer con los charlatanes y los sabelotodo.
Los que están siempre de vuelta de todo son los que nunca han ido a ninguna parte
A. Machado
El perfil charlatán
Éste es un perfil realmente difícil de tratar. Una de las pocas respuestas eficaces con un charlatán es la huida o cortar la conversación. No es noble y realmente no facilita el trato con esta persona, sino que es una medida de protección.
Otra alternativa que funciona en el ambiente laboral es empezar a trabajar. La mayoría de charlatanes temen trabajar, por lo que podemos pedirles hacer algo o que te hagan un favor que no quieren hacer. Pueden funcionar frases como “gracias a Dios que has venido, tengo un problema y necesito tu ayuda…”
El perfil sabelotodo
Las técnicas que pueden ayudar a tratar con personas con este perfil son:
- Pedirle tanta información que le suponga muchísimo trabajo recuperarla, o pedirle que lo demuestre: ¿dónde lo has visto?, ¿cómo sabes que es verdad?
- Técnica del “sí, pero”. Consiste en estar de acuerdo con su punto de vista, y ayudarle a ver una nueva perspectiva, mostrándole que NO lo sabe todo
Inicialmente, es conveniente tratar a estas personas con educación y cortesía, pero no dejar de lado nuestra asertividad, modulando el nivel de contundencia. En cualquier caso, estas personas deben saber que pueden salir malparadas cuando queramos. En última instancia queda la opción de marcar las distancias y alejarse.
Conclusión
Está en nuestra mano controlar nuestras respuestas, de forma que no sean reacciones automáticas. Aun así, aunque reaccionemos, siempre estamos a tiempo de controlar las emociones negativas que se van desarrollando y modularlas para que su grado y duración sean lo menores posible.
Con la práctica, podremos dejar de lado las respuestas emocionales negativas y dedicar nuestras energías a solucionar el problema o en su caso, minimizar su efecto.
Los beneficios son claros y merecen la pena: menos estrés y desgaste emocional, mejorando nuestra calidad de vida. El pequeño esfuerzo se verá muy compensado, por lo que cualquier momento es bueno para empezar.