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Teme el miedo… pero mejor es controlarlo

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El miedo es una emoción desagradable que aparece cuando percibimos un peligro. Este peligro puede ser real o imaginado y normalmente se da en el presente o anticipa que ocurra en el futuro. La parte positiva es que podemos llegar a controlarlo.

¿Miedo? mejor desafío. Fuente

Biológicamente, es una emoción necesaria, ya que nos prepara para responder rápidamente ante situaciones de riesgo. Otra cuestión es si la respuesta que despleguemos (huida, lucha o parálisis) sea la mejor ante la amenaza enfrentada.

El principal problema surge cuando se prolonga la exposición al miedo, y se pierde esta función biológica de rapidez de la respuesta. En este caso, se produce una gran demanda emocional manifestándose como estrés, ansiedad o respuestas comportamentales desproporcionadas (violencia).

Ante el miedo, el cuerpo responde incrementando las capacidades perceptivas y de reacción, pero no para el análisis y razonamiento. Esta respuesta corporal puede llevar a interpretar que la amenaza es real, retroalimentando la sensación de miedo, de forma que la persona que lo sufre puede llegar a bloquearse.

Dejamos de temer aquello que se ha aprendido a entender.

Marie Curie

Miedo personal

En muchos casos tiene su origen en una experiencia pasada negativa que nos hace pensar que puede repetirse. La parte positiva de este aprendizaje del temor es que también se puede aprender a no tener miedo.

En otros casos, son los estímulos los que generan esta respuesta. El origen de estos estímulos es diverso: percepciones (movimientos repentinos), ambientales (alturas, oscuridad, falta de espacio…), situaciones desconocidas, etc.

Miedo en la sociedad

Nada da más valor al miedo que el miedo de los demás.

Umberto Eco

El miedo tiene una gran componente cultural. Un ejemplo es cómo se estandariza el concepto temido mediante la literatura o el cine (vampiros, zombis…)

Los medios de comunicación y las redes sociales contribuyen a crear temas de conversación incidiendo recurrentemente en ellos. De este modo se puede crear una opinión mayoritaria, establecer qué es lo políticamente correcto y lo socialmente aceptable.

Del mismo modo, cuestiones socialmente candentes pueden generar fuertes respuestas emocionales y, por tanto, el miedo. ¿Ejemplos? Sobran: terrorismo, inseguridad ciudadana, cambio climático,…

Greta Thunberg à l'ONU, le 23 septembre 2019.
¿Qué da mas miedo que el fin del mundo? Fuente

Uso y abuso

Aparte del uso que se realiza a nivel individual, a mayor escala, el miedo puede ser utilizado se utiliza como arma de dominación política para controlar la población, creando falsos escenarios de inseguridad.

Mediante la manipulación, el miedo es una potente herramienta. Una sociedad miedosa es una sociedad fácilmente manejable. En este estado, demandará más seguridad y control y, por ello, menos libertad.

También puede modificar la forma de pensar y reaccionar de las personas, inhibiendo el pensamiento racional. De este modo, bajo la bandera de la seguridad, es sencillo implantar creencias, necesidades o temores en las personas que tienen miedo, y así desplegar medidas y políticas que tendrían una gran oposición de otro modo.

De las falacias que conocemos, se utiliza frecuentemente la del chivo expiatorio para que la mayoría temerosa controle y anule la minoría que se opone a la manipulación.

Gestionar y controlar los temores

Una vez que somos conscientes de nuestros temores, hemos dado un gran paso para controlarlos. Se crecen en las sombras, por lo que debemos aportar luz para verlos tal y como realmente son.

El miedo siempre está dispuesto a ver las cosas peor de lo que son.

Tito Livio

A veces, el temor es necesario y hay que escucharlo. La principal amenaza del miedo es que nos impide tomar acción. Se enfoca en situaciones o aspectos que nos impiden avanzar, pero cuanto más nos centremos en progresar, más fácil será superarlo.

La clave está en cambiar el enfoque. Si lo convertimos en un desafío, en una oportunidad para crecer, el bloqueo se convierte en un proceso para a llegar a una solución. Ya hay luz en la oscuridad.

¡Ataquemos al miedo! Lo primero es comprender que el miedo va a existir siempre y aceptarlo. A partir de aquí, ¿qué podemos hacer?

  1. Romper el enfoque negativo, el que nos bloquea, y pensar en lo que podemos conseguir: ¿qué puedo ganar si…?
  2. Dar el primer paso, por pequeño que sea. ¡Ya! Con esto se rompe el bloqueo y cambia nuestro estado mental, ya que avanzamos, salimos de nuestra “zona de confort” y nos superamos. Y un paso lleva a otro…
  3. ¿Y por qué no? Llegar a divertirnos: modular la intensidad del miedo, ridiculizarlo, y, al final, matarlo de hambre, porque no se alimentará más de nosotros.

Resumen

Conocemos el miedo, lo que nos hace y cómo nos limita. Sabemos también el juego sucio que hay alrededor de él. Lo bueno es que podemos tener control.

Obviamente, no vamos a pasar de temer algo a algo a amarlo, pero sí a mejorar nuestra calidad de vida pudiendo convivir con esas situaciones que nos aterraban, manejando el nivel de estrés y superando el bloqueo. Al fin y al cabo, es una gran victoria.

No es valiente quien no tiene miedo sino quien sabe conquistarlo.

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