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Saca tu mejor versión. Estás tardando en dejar el gluten

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Uno de los puntos claves de este blog es su fundamento en la experiencia, así que vamos con experiencia pura y dura: ¿qué me ha pasado al dejar de ingerir gluten?

Es harina, ¿no? Aquí lo sabrán

¿Qué es el gluten?

Pero antes de entrar en harina, un poco de contexto. El gluten, que en latín significa cola o pegamento, es una proteína que se encuentra en la harina de los cereales de secano (trigo, cebada o centeno).

Esta proteína es muy interesante por sus propiedades, ya que hace que la harina sea elástica y que, tras la fermentación y horneado, el resultado sea esponjoso.

La contrapartida es que produce efectos adversos tanto en el sistema digestivo como en el nervioso.

¿Y por qué ahora, si hemos tomado gluten desde hace miles de años? No es fácil determinar una única causa. ¿Influyen las primeras pirámides alimentarias (en los años 70) elaboradas por el Departamento de Agricultura (¡!) de los EEUU?

Y para mí, ¿qué es el gluten?

Que algo sea digerible, no significa que sea nutritivo. Con excepciones como la fibra, que no digerimos, pero es indispensable para la microbiota de nuestros intestinos, en el mejor de los casos eso que hemos ingerido saldrá sin producir ningún efecto.

El problema es que, como comentamos tiempo atrás, el gluten ni siquiera es un antinutriente que interfiere en la absorción de nutrientes. El gluten es tóxico.

La reacción a esta toxicidad es la que padecen los celíacos, y consiste en un trastorno autoinmune que manifiesta de forma extrema la intolerancia al gluten.

La intolerancia al gluten consiste en una elevada respuesta inmunológica en las personas susceptibles. Esta respuesta se puede manifestar en el aparato digestivo, especialmente en el intestino delgado, pero también puede provocar trastornos neurológicos.

Además, al descomponerse en el estómago, libera componentes similares a la morfina que se adhieren a los receptores de opiáceos del cerebro. Esto induce una forma de recompensa, una ligera euforia. Cuando se bloquea el efecto o no se consumen alimentos productores de estos componentes, algunas personas experimentan una sensación de abstinencia desagradable.

Las sensaciones cambian según el elemento adictivo. Fuente

A ello, me quito el gluten, a ver qué pasa…

Y no, obviamente, no soy celíaco. Pese a lo que pensemos, la celiaquía no es una enfermedad nueva. Empezó a documentarse en la Antigua Grecia, momento en el que se le asignó el término koiliakos, que significa digestión dolorosa.

Por suerte, mi compañera de vida comparte este punto de vista, por lo que facilita mucho poner en práctica mis locos experimentos…

A la vista de los resultados, posiblemente sea de lo más sensato que he podido hacer…

  • Mejora en la cantidad y calidad del sueño, levantándonos descansados y reconfortados
  • Sensación de vitalidad incrementada que dura toda la jornada, no nos sentimos tan fatigados
  • Desaparición de dolor de cabeza crónico. Resulta que no es un malestar con el que haya que convivir
  • Mejora en la concentración y atención. Mayor lucidez y agilidad mental
  • Regularidad intestinal. Sin más detalles
  • Eliminación de congestión (mucosidad, flemas y tos)
  • Adelgazamiento y menor sensación de hinchazón

En resumen, mayor bienestar

Conclusiones

Tienes los datos y mi experiencia, pero como dicen en la famosa película: “hay una gran diferencia entre conocer el camino y andar el camino” (Morfeo – Matrix). Sólo puedo animarte a que te lances a vivir tu experiencia. Dos semanas bastarán para hacerte una idea.

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