¡No tiene sentido! Empiezo a cuidarme, hago las cosas bien y me he quitado… [el azúcar, el café, el gluten u otra droga dura, elige la tuya]. Lo único que siento es malestar y no noto estar más saludable. Me siento peor con la depuración que haciéndolo mal…
En efecto, cuando nuestro cuerpo se ha habituado a sustancias poco saludables y dejamos de consumirlas, comienza un proceso que va más allá de la simple resistencia al cambio. Se puede llamar de diversas formas: desintoxicación, crisis depurativa o crisis curativa.
En cuanto tiene oportunidad, el cuerpo va a poner en marcha su propio sistema de limpieza a presión para sacar todos los desechos, toxinas y subproductos que ha acumulado.
La crisis se produce cuando toda esa porquería sale de sus lugares de acumulación y pasa al torrente sanguíneo.
La acumulación se produce tanto en zonas lógicas (hígado, grasa o colon) como en otras que no lo son tanto como articulaciones o líquido cefalorraquídeo (artículo sobre la esclerosis múltiple que también habla del segundo cerebro)
¿Cómo te vas a sentir? Depende
Por ejemplo, el “síndrome de abstinencia” del azúcar puede manifestar síntomas como fatiga, dolores de cabeza, irritabilidad, nerviosismo e, incluso, depresión.
Este proceso dura unos días y es completamente normal, no debe alarmarnos.
Debemos entender que éstos no son síntomas de enfermedad, sino de curación. Una persona alcohólica o toxicómana se siente peor cuando no bebe o consume drogas, su cuerpo comienza a depurarse y aparece el síndrome de abstinencia. Si vuelve al alcohol o a las drogas, los síntomas desagradables y molestos desaparecen rápidamente. Obviamente, no son sustancias saludables.
En los procesos de desintoxicación más intensos, como durante un ayuno, los síntomas cambian de persona en persona. Pueden ser los mismos que una gripe u otros más “intestinales” con mal aliento, nauseas o vómitos.
En una depuración de esta intensidad pueden aparecer viejos dolores de meses o años atrás y se trata de un nuevo intento de curar al cuerpo. En general, comienzan los síntomas de las enfermedades recientes y van retrocediendo hasta aparecer síntomas de las enfermedades más antiguas, incluso de muchos años atrás, que creíamos curadas.
Es un fenómeno que debemos conocer. Obviamente, la supervisión médica es muy recomendable. El inconveniente es que pocos facultativos tienen experiencia con este tipo de situaciones.
Conclusión: la depuración cuesta, pero merece la pena
No se produce la crisis hasta que el organismo está preparado para ganar la batalla
Ley Natural
La depuración es el proceso por el que el cuerpo limpia los residuos que vamos acumulando. El cuerpo la inicia en cuanto dejan de llegar las toxinas.
Es una situación desafiante, ya que comenzamos por privarnos de algo que muchas veces es adictivo. Y desde la carencia, comienza la limpieza.
Es un proceso incómodo y molesto y lo podemos confundir con una enfermedad por lo similares que son los síntomas. Incluso podemos experimentar dolores y malestares que creíamos curados. ¿Y cuál es el lado positivo entonces? Que esta vez la curación será total, ya que no se tratarán los síntomas. El cuerpo se habrá curado a sí mismo.
La parte positiva es que, al final, llega el bienestar y nuestro nivel de salud se ve incrementado. Puede quedar alguna adherencia psicológica al placer que nos producía ese producto en el contexto en el que lo consumíamos. La adopción de nuevos hábitos que nos proporcionen placer sin ese producto será de ayuda.
Merece la pena. Manoseando el proverbio: el mejor momento de hacerlo ya pasó; el segundo mejor momento es ahora.