Que la pereza y el egoísmo sean el verdadero motor de nuestras vidas. La polémica está servida.
Pensémoslo un poco, y vayamos más allá de las respuestas automáticas.
No voy a entrar en la teoría del gen egoísta de Richard Dawkins (aquí, por si a alguien le interesa), que no es el tema. Pero sí vamos a utilizar el pensamiento crítico, que quizá nos lleve a destinos insospechados.
Este camino lo ha desarrollado genialmente Francisco Llinares en su libro Manual de Instrucciones de Cuerpo Humano, una joya de principio a fin.
El meollo del tema que nos ocupa hoy es cómo dos pecados capitales como la pereza y el egoísmo pueden convertirse en las guías que nos ayuden a llevar vidas plenas y satisfactorias. Una actitud consciente y convencida puede facilitar nuestro desarrollo en los aspectos más importante de la vida: Salud, Libertad y Amor. Secundariamente, iremos a por el dinero.
Egoísmo hasta el final, nada de medias tintas
Si vamos a hacer algo, lo haremos bien. Por tanto, seremos egoístas en su máxima expresión. Dejemos la mediocridad a un lado, con esas perspectivas cortoplacistas de “pan para hoy y hambre para mañana”:
- Salud: debemos asegurarnos una excelente, y que no dependa de nadie. De ser así, otros pueden arruinarnos la vida restringiéndonos nuestra libertad. ¿Qué ventaja hay en que nos tenga que cuidar un ser querido? ¿No es más satisfactoria una relación de igual a igual? Además, nos beneficia que TODOS tengan buena salud: nuestros seres queridos, para poder disfrutar de la vida con ellos lo máximo posible (en calidad y tiempo) y los demás… porqué estarán más felices, molestarán menos y ¡pagaremos menos impuestos! (bueno, esto igual no…)
- Libertad: todo lo que tenemos genera servidumbres, por lo que, reduciendo nuestras posesiones a lo mínimo indispensable, podremos disfrutar plenamente de la vida sin molestias ni obligaciones: los días más felices de quien tiene un barco son el día que lo compra y el día que lo vende. Obviamente, no nos interesará hacer cosas ilegales ni poco éticas, ya que es una pérdida de salud, tiempo e incluso de dinero al tener que estar vigilante por si nos buscan la revancha.
- Amor: cuanto más das, más tienes, así que sin miedo a ser avaricios@s. Vale con todo el mundo. Amar consiste en priorizar la felicidad del otro, y con nuestra nueva perspectiva sobre el egoísmo, ¿qué posibilidades hay de que nos preste atención alguien que nos cae mal cuando es verdaderamente feliz?
- Dinero. Tendremos en cuenta lo siguiente:
- Ganado honestamente, para mantener la Libertad
- Ingresos generados de forma autónoma, sin depender de terceros. De esta forma mantenemos el control de la situación
- Ni muy grande, para no despertar la codicia de otros, ni tan pequeña que nos haga perder la dignidad
- Siendo consciente de que el dinero sólo sirve para adquirir lo necesario. Si sólo se acumula, no sirve de nada.
La pereza en su máxima expresión
Si añadimos una segunda variable, la inteligencia, nos llevará a hacer las cosas bien, a la primera y cuanto antes.
Como vimos en su momento, podemos y debemos mantener a raya de la procrastinación (lo de dejar para mañana lo que no quieras hacer hoy). La parte positiva es que, cuando acabemos, podremos antes hacer algo que nos agrade más y con la satisfacción del deber cumplido.
Entendiendo todos los contratiempos y esfuerzo que suponen hacer las cosas mal, tarde o a medias, una persona perezosa que se precie sabe que se trabaja menos haciendo la tarea bien y cuanto antes. Así tendrá más tiempo para dar rienda suelta a su pereza. Nota: con los niñ@s funciona muy bien en cuanto lo comprenden.
Atención con los principiantes que cargan con su trabajo a otros: conlleva una carga (asignación, supervisión…) que puede ser mucho mayor que la propia tarea. Además, crea la dependencia de quien la realiza.
Conclusión: sé egoísta y perezos@ con convicción y a conciencia
Si tod@s nos enfocásemos en ser egoístas y perezosos en su máxima expresión, nos iría mucho mejor. Estaríamos muy atareados mejorando lo importante de la vida: nuestra salud, amor y libertad. Tanto, que no perderíamos el tiempo en preocuparnos por los demás porque tampoco se cruzarían nuestros caminos.
Idealmente, practicado por tod@s, cada cual sería feliz y nadie le molestaría porque también estaría muy ocupado siéndolo. Qué bonito…