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Déjate de derechos, toma las riendas de tu vida

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Posiblemente esta entrada toque sensibilidades, pero espero que ayude a provocar una reflexión más profunda. Hay nociones engañosas que debajo de capas de buenismo, corrección política y una buena dosis de mentalidad de rebaño, esconden situaciones que nos arrebatan libertad y poder. Una de las más importantes es la de los derechos.

Esta entrada tiene relación con las ideas preconcebidas y prejuicios que brevemente se mencionan en una de las primeras entradas de este blog, o con las falacias, tratadas en esta otra.

¿Qué son los derechos?

De las 25 acepciones que incluye la RAE, incluyo estas dos:

  • Facultad de hacer o exigir todo aquello que la ley o la autoridad establece en nuestro favor, o que el dueño de una cosa nos permite en ella.
  • Conjunto de principios y normas, expresivos de una idea de justicia y de orden, que regulan las relaciones humanas en toda sociedad y cuya observancia puede ser impuesta de manera coactiva.

Bueno, pero… ¿qué tiene eso de malo?

¿Cómo nos debilita reclamar nuestros derechos?

La misma pregunta lo indica, “reclamar nuestros derechos” implica solicitar la restauración de lo que alguien nos ha concedido.

La pasividad es absoluta, quedando a la espera de que la figura en la que hayamos depositado ese poder nos reconozca / respete nuestros derechos.

En un nivel mayor de gravedad, hay quien cae en el victimismo creyéndose el papel que le ha sido asignado (o del que se ha apropiado) para que sean cuidados y protegidos. Y todos conocemos casos de víctimas profesionales cuyo medio de vida está condicionado a esta protección…

Estas personas no asumen la responsabilidad de sus vidas, pero tampoco miran por el beneficio del conjunto de la sociedad, sino por su propio interés.

Y entonces, ¿qué nos queda?

Lo que nadie nos puede arrebatar: asumir nuestra RESPONSABILIDAD.

Es algo que sólo podemos hacer nosotros e implica cumplir con nuestro deber. No olvidemos que para que se respeten los derechos de alguien, otra persona debe cumplir con sus obligaciones.

Los derechos sólo aparecen cuando no se cumplen con los deberes, por lo que, como mucho, se limitan a velar por su cumplimiento.

Por ejemplo, uno de los derechos básicos: el derecho a la vida. No tiene valor mientras haya personas que no cumplan con su deber de no matar ni dejar morir. ¿Ha servido de mucho la Declaración Universal de los Derechos Humanos para que se garanticen de forma sistemática y duradera en el tiempo?

En la actualidad la gente sólo se preocupa por sus derechos. Recordarle que también tiene deberes y responsabilidades es un acto de valor que no corresponde exclusivamente a los políticos.

Gandhi

Conclusiones

No nos tenemos que preocupar por recuperar aquello que no hemos entregado. Vivir en la necesidad de que se respeten los derechos implica la subyugación a la autoridad que los otorga o que los hace cumplir.

Tenemos la responsabilidad y obligación de realizar y cumplir con nuestros deberes para depender lo menos posible de la “caridad” o las “buenas intenciones” de terceros que posiblemente ni nos conozcan ni a los que importemos.

Nadie tiene más derecho que el de cumplir con su deber.

Auguste Comte

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